Cada día nuevas marcas de ropa sostenible salen a la venta, y casi todas tienen algo en común, un precio mas elevado al que estamos acostumbrados. Hoy te contamos las razones por las que la moda sostenible y vegana es más cara que la convencional y si realmente merece la pena la inversión en este tipo de ropa.
¿Qué se entiende por moda vegana y sostenible?
Podemos hablar de ropa sostenible si cumple toda una serie de requisitos y parámetros que no cumple la moda convencional. Por ejemplo, se utilizan tejidos orgánicos, como algodón orgánico, cáñamo, lino, bambú… o bien tejidos reciclados, es decir, procedentes de reciclar tejidos o incluso otros materiales. También es importante la trazabilidad de la prenda. Es decir, poder seguir dónde se fabricó. Y por supuesto, se tienen en cuenta las condiciones laborales de los trabajadores que confeccionan esas prendas.
Y para considerar a una prenda vegana y sostenible, no debe utilizar pieles de animales ni tampoco materiales como seda.
Ahora que muchas marcas se están “subiendo al carro” de la moda sostenible, es importante tener claro que la etiqueta “sostenible” o “vegana” puede usarse a la ligera, y es necesario que la marca te asegure todos estos factores para que realmente se trate de una prenda vegana y sostenible.
¿Por qué la moda vegana tiene un coste más elevado?
El fast-fashion nos ha “malacostumbrado” a comprar prendas muy baratas: pantalones por 20 euros, camisetas por 5 euros, zapatos por 15 euros… son precios habituales que podemos encontrar en la gran mayoría de tiendas que venden ropa.
Lo cierto es que no se puede comparar una camiseta de Primark que te ha costado cinco euros con una camiseta de algodón orgánico o de cáñamo que te cuesta treinta.
Los precios no son comprables porque la camiseta de treinta euros suele tener mucha más calidad y no te durará 6 lavados como suelen hacerlo las camisetas convencionales de la moda rápida.
Por supuesto que si produces en Asia y a cada persona que cose le pagas cinco céntimos por camiseta, podrás vender camisetas a 5 euros. Pero si tienes una marca que fabrica en tu país, con materiales sostenibles y además pagas un sueldo digno a las costureras que trabajan en las condiciones de trabajo que establece el estatuto de los trabajadores, el precio no puede ser el mismo.
¿Cuál es el coste oculto de la moda convencional?
La moda convencional usa tintes y productos químicos baratos, que contiene metales pesados que son nocivos para nuestra salud. La industria textil es una de las mayores culpables del desperdicio de agua a nivel mundial, según indican diversos estudios elaborados por la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La producción de tejidos para fabricar ropa provoca el 20% de la contaminación de agua potable en todo el mundo.
El sector textil representa además el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, una cifra superior a la suma de las emisiones generadas por los aviones y los barcos de mercancías. Además, el lavado de los materiales sintéticos necesarios para la producción de ropa genera 500.000 toneladas de microfibras que terminan en los océanos.
Teniendo en cuenta eso, podemos decir que la moda convencional tiene menos coste para tu bolsillo, pero un gran coste para el planeta y para las personas que trabajan en el sector textil. Y aunque este coste no se ve de forma tan directa, existe y necesita ser visibilizado.
¿Realmente merece la pena gastar más dinero en ropa sostenible?
El fast-fashion, basado en la cultura del ‘comprar y tirar’ de forma continua, está causando un gran impacto ambiental por la gran cantidad de recursos y materias primas que necesita esta dinámica comunista. Para vestir a quienes quieren comprar prendas respetuosas con el medio ambiente nacen las empresas de moda sostenible que se oponen a seguir contribuyendo en una de las industrias más contaminantes del mundo. Sus prendas duran mucho más tiempo, se fabrican en condicionales laborales adecuadas y no dañan el planeta.
La moda sostenible se basa en consumir menos y comprar realmente las prendas que necesitas, como se hacía antes. Por eso tiene un coste más elevado en cada prenda, pero a la larga se gasta igual o incluso menos, ya que suelen ser prendas de gran calidad que, en vez de durarte una temporada, te durarán años.