Greenpeace destapa «el maltrato de las macrogranjas»

La organización Greenpeace ha accedido a una macrogranja en Granada, de la empresa CEFUSA, para grabar imágenes de las condiciones de la cría masiva de cerdos.

Esta visita al centro cárnico ha querido enseñar el método intensivo de cría porcina en las instalaciones españolas, que vende a marcas como «EL POZO», empresa que ya ha estado involucrada en varios escándalos después de que el programa «Salvados» se infiltrara en una de sus granjas.

«Cada año se pueden llegar a críar a 651.000 lechones», asegura la ONG.

Esta cifra es solo en esta macrogranja. En nuestro país se crían cerdos en 99.561 explotaciones, de las cuales 82.648 son intensivas, 13.475 extensivas y 1.813 mixtas. En España en total hay 28,4 millones de cerdos y somos el país de Europa que tiene más cerdos. Cada día esta fábrica de carne de ‘EL POZO’ puede producir y matar casi 1.800 lechones y emite más de una tonelada y media de metano. según ha informado la ONG.

En las imágenes que Greenpeace ha difundido, señalan el hacinamiento, la suciedad, el uso masivo de fármacos y las condiciones insalubres de los animales.

Coste ambiental de las Macrogranjas

La instalación, dividida en diez núcleos con varias naves, «es además la macrogranja de porcino con mayores emisiones de metano y amoniaco del país», según la organización Greenpeace.

La proliferación de macrogranjas por toda España, ha supuesto un coste ambiental en forma de emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación de aguas por los desechos de las explotaciones. Además, España ha sido incapaz de cumplir con los límites de emisión de amoniaco marcados en la normativa europea en buena medida por el crecimiento de los focos porcinos, según ha admitido el Ministerio de Transición Ecológica en sus informes anuales.

La contaminación atribuida a la producción intensiva de porcino ha contribuido al deterioro desolador del ecosistema en la laguna del Mar Menor en la Región de Murcia. El Gobierno autonómico fue avisado de este proceso, pero ignoró las alarmas mientras el hábitat continuaba acumulando agrotóxicos.

La Respuesta de la Macrogranja

CEFUSA, la empresa que gestiona la macrogranja aludida ha respondido a las imágenes de Greenpeace. En un comunicado la compañía afirma que «no va a entrar a valorar ninguna imagen grabada y/o difundida por personas ajenas» a su organización. Además, asegura cumplir «estrictamente» la normativa vigente de bienestar animal europea y española.

La empresa también puntualiza que «la entrada de personas no autorizadas a una instalación ganadera representa graves riesgos para la salud de los animales». «Cualquier vulneración de los protocolos de bioseguridad reglamentarios, sin asesoramiento del personal adecuado, pone en peligro la salud del animal y su bienestar», añadió.

 

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