El auge de las redes sociales ha permitido que el veganismo tenga más visibilidad que nunca. Antes, considerado un estilo de vida poco común, hoy el veganismo está en boca de todos, y gran parte de este cambio se debe a la influencia de los creadores de contenido en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube. Estos influencers, con millones de seguidores, han facilitado que muchas personas descubran el veganismo, lo consideren una opción viable y, en algunos casos, lo adopten. Sin embargo, esta creciente presencia de figuras públicas veganas no está exenta de controversias. ¿Realmente están ayudando a la causa o, en ocasiones, la están perjudicando?
Los influencers han tenido un papel crucial en el crecimiento del veganismo al mostrar de forma accesible lo que implica llevar una vida basada en plantas. Las redes han sido una herramienta clave para compartir recetas, consejos y experiencias personales que hacen que el veganismo parezca alcanzable para una mayor audiencia. Gracias a ellos, más personas han podido conocer los beneficios de una alimentación vegana, no solo para la salud, sino también para el medio ambiente y los animales. Ver a figuras carismáticas y aparentemente saludables seguir este estilo de vida ha derribado muchos mitos, como el de que ser vegano es difícil o aburrido.
Sin embargo, la entrada de marcas comerciales en este espacio ha comenzado a cambiar el panorama. Con la creciente popularidad del veganismo, las empresas han visto una oportunidad de negocio. Esto ha hecho que algunos influencers prioricen el patrocinio sobre el mensaje original de la causa, lo que ha llevado a cuestionar si realmente están comprometidos con el veganismo o simplemente lo ven como una tendencia lucrativa. Las colaboraciones con marcas y productos veganos, aunque pueden parecer una manera positiva de dar visibilidad a la causa, también han diluido el mensaje ético. Para muchos, el veganismo va más allá de una dieta, es una postura ética sobre el respeto a los animales y el medio ambiente. Pero cuando todo se reduce a vender productos o a promocionar una imagen de bienestar y salud, la causa puede perder su esencia.
¿Influir o manipular? El peligro de los influencers veganos
La superficialidad con la que algunos influencers abordan el veganismo también es un tema de debate. Muchas veces, el contenido que comparten está más centrado en los aspectos estéticos de este estilo de vida que en su fundamento ético. Es común ver cómo se promueve el veganismo como la clave para tener una piel perfecta o un cuerpo escultural, algo que, si bien puede atraer a más personas, también puede generar expectativas poco realistas. Al reducir el veganismo a una simple moda o herramienta para mejorar la apariencia, se corre el riesgo de que quienes lo intenten por estos motivos lo abandonen rápidamente al no encontrar los resultados que esperaban. Esto, en última instancia, no solo puede restar credibilidad a la causa, sino que puede hacer que el movimiento parezca superficial o pasajero.
Una de las mayores polémicas en torno a los influencers veganos es la falta de coherencia entre lo que predican en sus redes sociales y lo que hacen en su vida privada. Ha habido casos en los que algunos influencers que promovían el veganismo han sido descubiertos consumiendo productos animales en privado, lo que ha generado una fuerte reacción de parte de sus seguidores. Este tipo de situaciones pone en entredicho la autenticidad de su mensaje y ha provocado un sentimiento de desconfianza hacia quienes, al parecer, solo ven en el veganismo una oportunidad de negocio y no un compromiso real.
El caso de la influencer Rawvana
Uno de los casos más sonados sobre la falta de coherencia entre lo que un influencer vegano predicaba en redes sociales y lo que hacía en su vida privada es el de la youtuber Rawvana (Yovana Mendoza). Ella era una figura destacada en la comunidad vegana, conocida por promover un estilo de vida crudivegano y hacer un activismo fuerte en contra del consumo de productos animales. Sin embargo, en 2019, fue grabada en un video, publicado accidentalmente por otra influencer, mientras consumía pescado durante unas vacaciones en Bali.
El vídeo se volvió viral rápidamente, y las redes sociales estallaron en críticas. Sus seguidores se sintieron traicionados, ya que durante años Yovana había promovido un estilo de vida basado completamente en alimentos crudos y veganos. Ante la presión, Rawvana publicó un video explicando que había tenido problemas de salud debido a su dieta vegana y que, bajo recomendación médica, había comenzado a reintroducir productos animales en su alimentación.
El caso de Rawvana desató un gran debate en la comunidad vegana y entre sus seguidores. Muchos consideraron que su enfoque vegano había sido más una estrategia de marketing que un compromiso real con los principios éticos del veganismo. La controversia mostró cómo algunos influencers pueden utilizar un movimiento ético como una herramienta para ganar popularidad y generar ingresos, sin estar completamente comprometidos con los valores que promueven públicamente.
El activismo vegano frente al «influencismo» vegano
El impacto en la salud también es un aspecto que no debe pasarse por alto. Algunos influencers han promovido dietas veganas extremas sin tener en cuenta las necesidades nutricionales de sus seguidores, lo que puede llevar a consecuencias negativas para la salud. Este tipo de contenido, dirigido en muchos casos a jóvenes o personas vulnerables, ha generado críticas porque, en su afán de mantener una imagen perfecta o seguir las últimas tendencias dietéticas, algunos influencers no consideran los riesgos asociados a una alimentación inadecuada o mal planificada. Es importante recordar que el veganismo no es sinónimo de una alimentación restrictiva, y seguir una dieta vegana sin una correcta planificación puede llevar a deficiencias nutricionales.
Sin embargo, también es cierto que no todos los influencers veganos caen en estos errores. Hay quienes realmente utilizan su plataforma para educar e inspirar a sus seguidores desde un lugar de compromiso ético y responsabilidad. Estos perfiles no solo comparten recetas o tips de belleza, sino que se implican activamente en el activismo vegano, colaboran con organizaciones, y denuncian las prácticas de explotación animal o la destrucción del medio ambiente. En estos casos, los influencers se convierten en verdaderos embajadores de la causa, utilizando su visibilidad para promover un cambio real y positivo.
Es innegable que los influencers tienen un gran poder sobre la percepción del veganismo, pero también es cierto que ese poder puede ser utilizado de diferentes maneras. Algunos lo ven como una oportunidad de negocio, otros como una forma de expresar su compromiso con la causa. En cualquier caso, como consumidores de contenido, es importante que sepamos discernir entre quienes realmente están comprometidos con el veganismo como un estilo de vida ético y quienes simplemente ven en él una forma de aumentar su número de seguidores o de conseguir más patrocinios.
¿Qué podemos aprender del debate sobre los influencers veganos?
Es crucial, entonces, que como seguidores de estos influencers no solo nos dejemos llevar por la estética o el carisma de quien está detrás de la pantalla, sino que prestemos atención al mensaje que están transmitiendo. Debemos preguntarnos si realmente están promoviendo los valores del veganismo o si, por el contrario, están contribuyendo a trivializar una causa que tiene implicaciones mucho más profundas. El veganismo es un movimiento que busca el respeto por todos los seres vivos y la sostenibilidad del planeta. No es una moda ni una tendencia pasajera, y su crecimiento no debe depender de cuántos likes o seguidores tiene una cuenta en Instagram.
En definitiva, los influencers veganos han sido y seguirán siendo una pieza clave en la difusión del veganismo, pero su impacto no es uniforme. Algunos han contribuido a que más personas se acerquen a este estilo de vida, mientras que otros han trivializado el movimiento, centrando su mensaje en aspectos superficiales o utilizando el veganismo como una herramienta de marketing. Lo más importante es que, como consumidores de contenido, seamos conscientes de a quién seguimos y por qué, y no perdamos de vista que el veganismo, en su esencia, es mucho más que una moda.