Un nuevo estudio realizado a más de 300.000 mujeres encontró que las dietas ricas en carne, lácteos y azúcar aumentaron hasta un 12% el riesgo relativo de cáncer de mama.
Este estudio ha sido presentado en la conferencia médica virtual Nutricion 2021 Live y ha sido una investigación conjunta realizada por el Instituto Catalán de Oncología, la Organización Mundial de la Salud y el Imperial College de Londres. El estudio concluyó que las propiedades inflamatorias de estos alimentos son las causantes de este aumento en el riesgo de padecer cáncer. Y que las mujeres que comían más de estos alimentos inflamatorios tenían hasta un 12% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Se confirma la relación entre una mala alimentación y el cáncer
La inflamación crónica es la precursora de muchas enfermedades graves, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Se ha demostrado que ciertos alimentos, como la carne, los lácteos y los azúcares procesados, aumentan la inflamación en el cuerpo. Cuando se consumen ciertos alimentos con regularidad, la inflamación inducida por estos alimentos puede volverse crónica, creando un entorno favorable para el desarrollo del cáncer.
Los investigadores recopilaron encuestas de frecuencia alimentaria de las 318.686 mujeres participantes en el estudio. Las dietas ricas en carne, mantequilla, margarina, aceites para freír y azúcar procesada se marcaron como inflamatorias. Los investigadores encontraron que las participantes que consumieron los alimentos más inflamatorios aumentaron su riesgo relativo de cáncer de mama.
La dieta basada en plantas se relaciona con un menor riesgo de padecer cáncer
En lugar de concentrarse en un nutriente específico, como las grasas saturadas, como se ha hecho en investigaciones anteriores, este estudio analizó al detalle los patrones dietéticos. El objetivo no era crear miedo en torno a los nutrientes individuales, sino orientar la conversación hacia un cambio de hábitos y patrones de la alimentación.
“Las personas consumen alimentos, no nutrientes, por lo que examinar los patrones dietéticos generales, en lugar de los componentes individuales de las dietas, puede llevar a conclusiones más precisas al analizar las asociaciones con un resultado de salud como el cáncer de mama”, Carlota Castro-Espin del Instituto Catalán de Oncología, una de las autoras del estudio.
Las dietas a base de plantas se han relacionado con la disminución del riesgo de cáncer, así como con la disminución de los niveles de inflamación. Los investigadores señalan el alto contenido de antioxidantes de las frutas y verduras para explicar las propiedades antiinflamatorias de los alimentos integrales de origen vegetal. En comparación con la dieta estadounidense estándar (SAD) rica en productos animales, una dieta completa a base de plantas contiene 64 veces la cantidad de antioxidantes que combaten la inflamación.