¿Qué ocurre cuando un vegano se encuentra en la carcel? ¿Se respetan su forma de alimentación? El objetivo de este artículo es tratar de encontrar una respuesta al interrogante de si una persona presa tiene derecho a solicitar que la Administración Penitenciaria le proporcione una dieta vegana.

El veganismo es una actitud de respeto hacia los animales no humanos. Consiste en un firme posicionamiento ético que se asienta en la convicción de que los animales, al tener un sistema nervioso central muy similar al de los humanos, pueden sentir el dolor y el sufrimiento, y por tanto son merecedores de respeto y consideración moral. En consecuencia, las personas veganas deciden de manera consciente dejar de consumir cualquier tipo de producto derivado de la muerte o explotación de los animales no humanos.

¿Qué come una persona vegana en la cárcel?

Según la ley, los veganos deben de tener este derecho, puesto que el artículo 226.1 del Reglamento Penitenciario establece que «en todos los Centros penitenciarios se proporcionará a los internos una alimentación convenientemente preparada, que debe responder a las exigencias dietéticas de la población penitenciaria y a las especificidades de edad, salud, trabajo, clima, costumbres y, en la medida de lo posible, convicciones personales y religiosas». Si consideramos que el veganismo es una «convicción personal», que ciertamente lo es, veríamos en este artículo reconocido su derecho a recibir una alimentación vegana.

En teoría en España se debería respetar esto, pero por desgracia, a las personas veganas no se les administra una dieta vegana en la cárcel. En la mayoría de los casos, como mucho les ofrecen un menú vegetariano en el que se incluye leche de vaca y huevos entre otros productos de origen o componentes animales. Y es la razón, por las que algunos veganos cuando entran en prisión, hacen una huelga de hambre para reivindicar su situación.

La entrada en prisión supone no sólo la privación de libertad, sino que lleva aparejada muchas otras restricciones, que en ningún caso deberían afectar a los derechos fundamentales de las personas. Cuando uno entra en prisión no solo entra físicamente, sino que lleva consigo todo su sistema de creencias, que no se pueden dejar en la puerta a la espera de retomarlas cuando sea puesto en libertad. Es por ello que el Estado, como garante de la vida de los presos que custodia, ha de velar por que se respeten esas creencias.

El artículo 25.2 de la Constitución Española establece que «el condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales […] a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio […] y en todo caso tendrá derecho al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad». Es evidente que para que una persona pueda desarrollar íntegramente su personalidad tiene que permitírsele ejercer sus convicciones morales, y en muchos casos estas tienen que ver con la dieta, bien sea como consecuencias de creencias religiosas (musulmanes, hindúes, cristianos, etc.) o bien por posicionamientos éticos, como es el caso de las personas vegetarianas y veganas.


Comida vegetariana, pero no vegana

Si uno accede a la web de Instituciones Penitenciarias encontrará que en el apartado que describe las infraestructuras y equipamientos de las prisiones puedes leer: “se elaboran cuatro tipo de dietas”, encontrándose entre ellas “una dieta vegetariana”, por lo tanto parece que la Administración Penitenciaria reconoce expresamente este derecho a los internos que opten por ella. ¿Que impide por tanto que se facilite a los presos veganos una alimentación acorde a sus creencias éticas? ¿Tiene más derecho a ella un católico que no come carne los viernes de «semana santa», o un musulmán que no come carne de cerdo o un hindú que es vegetariano? No parece que debiera ser así.

Los centros penitenciarios no solo deberían dar la opción de acceder a una dieta vegana a los presos que así lo deseen, sino que, además, tendrían que disponer en las tiendas que existen dentro de la cárcel con productos de primera necesidad (economatos), de alternativas vegetales y productos no testados en animales. Hoy en día no sucede ninguna de las dos cosas.

En Reino Unido ya existe un menú vegano en la cárcel

Puede que en nuestro país el veganismo sea algo más reciente, pero en el Reino Unido existe desde 1994 un grupo llamado Vegan Prisoners Support Group (VPSG) que vela por que se respeten los derechos de las personas veganas presas, en especial en lo relacionado con la obtención de productos de alimentación, aseo y ropa respetuosa con los derechos de los animales no humanos. En el año 2009 este grupo consiguió que se permitiese a los presos veganos solicitar a través de correo el envió a las cárceles de este tipo de productos.

La realidad es cada vez existen más personas que llevan una alimentación basada en plantas o veganas, pero ni la sociedad ni las instituciones que la rigen (entre ellas las cárceles) podrán ignorar esta realidad durante mucho tiempo, por lo que se hace imperativo empezar cuanto antes a respetar los derechos fundamentales de las personas veganas privadas de libertad, circunstancia que en estos momentos no se da.

 

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